Lamentablemente para Murcia y los
murcianos, desde hoy el nombre de su región quedará ligado para siempre al de
Tamayo y a los sobornos para comprar parlamentarios. Y para la líder de
Ciudadanos quedará grabado en su memoria como el recuerdo de un sueño, que
acabó en pesadilla, en el que había confiado para sacar a su partido del camino
a la desaparición en que se encontraba desde sus últimos reveses electorales (Elecciones
generales, Euskadi, Galicia y Cataluña).
Conocida
la traición de algunos de sus parlamentarios en Murcia y la reacción de Isabel
Díaz Ayuso, arrojando a Ciudadanos del gobierno y convocando nuevas elecciones
en Madrid, C’S convocó una reunión de urgencia de su ejecutiva para tratar el golpe
que su socio más estrecho, el Partido Popular, a quién más habían favorecido, había
infligido al partido naranja. No solo no iban a sacar adelante la moción de
censura en el gobierno de Murcia, como querían, sino que se iban a convocar
elecciones en Madrid, donde no querían.
La
reacción de Arrimadas
Se
especulaba con que Arrimadas podría presentar su dimisión asumiendo la
responsabilidad por los eventuales malos resultados de la operación. En mi opinión,
como así sucedió, Arrimadas no iba a dimitir ni iba a ser cuestionada pues no iba
a haber ningún candidato valiente que se postulase para asumir la dirección del
partido en un momento tan crítico en el que la única acción posible era tratar
de taponar las vías de agua e intentar evitar el naufragio de la nave para
llevarla a un puerto en el que reparar las averías del ciclón que les ha pasado
por encima. La decisión de Arrimadas ha sido la de contemporizar, ampliar el
comité ejecutivo con los barones, cesar a los dos miembros más cuestionados y
esperar. Y nada más.
Pero, ¿Arrimadas
podría haber hecho algo más?, ¿hay alguna orden que la capitana podría dar para
hacer reflotar una nave que tiene una gran parte de sus cuadernas dañadas y
algunas podridas?, ¿su tripulación aceptaría cambiar el rumbo para dirigirse a
otro puerto distinto del anunciado durante todas las singladuras? Parece ser,
que este golpe de timón es lo que había intentado con la operación de la moción
de censura en Murcia, pero fue sorprendida por un motín a bordo y no quiere
correr más riesgos.
Un
siniestro PP, en su faceta más maquiavélica, había declarado la apertura de sus
puertas para acoger a cualquier miembro que quisiera desertar de las filas de
Ciudadanos. Y, por si fuera poco, un par
de horas después de iniciada la reunión de la ejecutiva, Toni Cantó, uno de sus
miembros más destacados, la abandonó despotricando contra su partido; y a
partir del anuncio público de su marcha de Ciudadanos se ha sucedido un rosario
de deserciones en el Parlamento, en el Senado, y en algunas CCAA.
En un
partido unido, podríamos haber esperado una reacción dura de Arrimadas en
contra de un socio que ha utilizado sus peores maneras para perjudicar a
Ciudadanos. Es muy probable que los más acérrimos de C’s estén sedientos de
venganza, contra Díaz Ayuso, contra Teodoro García Egea y naturalmente contra
Casado, pero me temo que no han podido destapar la caja de los truenos
aliándose con el PSOE para arrebatar al PP los gobiernos de Andalucía, Castilla
y León, ayuntamiento de Madrid y unos cuantos ayuntamientos más, porque no han
podido, porque Arrimadas no manda en su partido por encima de sus barones y
vicepresidentes y la vicealcaldesa de Madrid. Si nos remitimos a las
declaraciones de estos cargos nada más surgir la crisis, todos ellos ofrecieron
y garantizaron estabilidad al PP en vez de hacer declaraciones más prudentes y
sensatas remitiéndose al resultado de la reunión de su ejecutiva. Así al menos
habrían dado sensación de orden y de unidad y habrían podido mantener a raya
las malas artes del PP.
Con esta
incertidumbre en la fidelidad de tu tripulación solo hay una cosa que puede
hacer Arrimadas: nada. Apenas maniobras de fortuna. Con un barco roto, que no
puede gobernar, para mantenerse a flote solo puede capear el temporal, poner
popa a la mala mar y esperar que amaine. Si encuentra una rada o bahía abrigada
en la que fondear, también corre el riesgo de que parte de su tripulación se
amotine o se vaya a otro barco.
El
futuro de Ciudadanos
En fin,
dejando el lenguaje marinero aparte, todo apunta que el partido está en franca
descomposición porque sus miembros ya no creen en él y así difícilmente puede
sobrevivir con dignidad. Además, los medios de comunicación ya les dan por
muertos. Ciudadanos, traicionado por Diaz Ayuso, tiene ahora para salvarse de
la desaparición el comodín de la victimización, una táctica que tantas veces
usan los partidos. Si les sale bien, conseguirán prolongar la agonía, pero si
no obtienen representación en Madrid, C’s difícilmente llegará a las elecciones
generales, aunque se adelanten. Dependen del voto de los madrileños.
No creo
que asistamos a un éxodo masivo, pues muchos no tienen donde ir y los partidos
de derecha y de ultraderecha no tienen sitio para todos, pero es probable que
se produzca un goteo continuo de cargos que vayan abandonando la formación
naranja. No hemos de olvidar el comportamiento al que nos tienen acostumbrados
los políticos: excepto unos pocos de talla extraordinaria, todos los demás
anteponen sus intereses personales a los de su partido, y estos, muy por
delante de los intereses de la ciudadanía. Los efectivos que les quedan en
algunas CCAA aguantarán hasta las elecciones de 2023 y después es muy posible
que ya no obtengan representación. Ya vimos como le ocurrió algo parecido a UCD
hace unas décadas y los supervivientes se pasaron a Alianza Popular (PP).
¿Réquiem por Ciudadanos?
Javier Larrea
Publicado el 18 de marzo de 2021 en el periódico digital 21Noticias

No hay comentarios:
Publicar un comentario