Coinciden
la mayor parte de los analistas políticos que, tras las últimas derrotas que ha
venido sufriendo Ciudadanos no se les adivina ninguna capacidad de
recuperación. Por lo general se describe que C’s está en caída libre y se le
vaticina su desaparición a corto plazo. Incluso, los mentideros de la corte
hablaban de una posible integración o fusión con el PP, mientras otros ya
apuntaban la absorción de sus cuadros. Para los medios, Ciudadanos había dejado
de ser noticia excepto para mencionar sus pésimos resultados y sus descalabros
electorales o para destacar los desaires que se llevaba el vicepresidente de la
comunidad de Madrid por parte de la presidenta IDA; en cualquier caso, noticias
que dejaban a la formación política en mal lugar, lo que se dice, hacer
astillas del árbol caído.
En esta
tesitura, Arrimadas mediante un cambio brusco, con una acción inesperada ha
conseguido producir un terremoto político mediante la moción de censura pactada
con el PSOE en Murcia. Desconocemos si ambos actores habían pensado en el
posible efecto dominó, pero me atrevo a afirmar que me parece increíble, es
decir no creíble, que en las conversaciones con las más altas instancias del
PSOE sobre una moción de censura en el gobierno de la Región de Murcia y en el
ayuntamiento de Murcia no se haya tratado la posibilidad de extender ese
acuerdo a los gobiernos de otras CCAA que se encontraban en situación similar.
Ignoro
si esta medida de Arrimadas ha sido una estrategia razonada con el análisis de
todas sus posibles consecuencias o un intento a la desesperada desde la
convicción de que hiciese lo que hiciese la situación no podía ir a peor.
Este ensayo de Arrimadas, marcando
estilo propio, desmarcándose del veto de Rivera al socialismo y a Sánchez,
puede ser un intento de encontrar un salvavidas para evitar el ahogamiento al que
estaban abocados. Seguir como segundones, ninguneados por el PP en todas las
comunidades en las que cogobiernan los llevaba directamente al hundimiento, así
que con este cambio de timón ha intentado evitar el naufragio. Da la impresión
que con un nuevo rumbo puede intentar recuperar ese centro liberal que apuntaba
Rivera, en sus tiempos de centrista liberal, en el que podían pactar con la
izquierda y con la derecha al estilo de un partido bisagra de centro. El
análisis de los resultados de Cataluña le la podido llevar a la conclusión de
que gran parte de sus votantes en Cataluña, se le han ido al PSE, o sea que sus
electores no eran tan derechas como pensaban, y presume que en España podría
ocurrir lo mismo, por lo que un ligero movimiento hacia el centro les puede
beneficiar. Por eso, con su negativa al “pin parental”, C’s se desmarca del
partido de ultraderecha y recupera el lema "contra la corrupción" que
ya usaron contra el PP y que les dio buen resultado. La estrategia de obtener
protagonismo en alguna de las CCAA, en la que tienen presencia le puede
resultar más positiva que la inanición a la que estaban abocados. De una
situación de extrema debilidad, C’s pasa de ser el patito feo del gobierno de
Murcia a llevar la batuta y tener una visibilidad que nunca habrían obtenido
sin la moción de censura. Por el momento, les va a reportar el beneficio
de gobernar por primera vez una comunidad autónoma.
Además,
decida o no llevar adelante otras mociones de censura, C’s con este gesto ha
enseñado los dientes al PP y no podrán ser objeto de maltrato en otras CCAA o
tratados con desconsideración por los barones del PP. Es cierto que la
disolución de la Asamblea de Madrid y la convocatoria de elecciones por parte
de Ayuso les quita de momento unas cuantas consejerías y unos cuantos cargos,
pero es posible que con este golpe de timón, sobre todo si se atreve a pactar
con el bloque anti-extrema derecha, pueda voltear esa situación de disolución
en que se encuentran. Tienen solo dos años hasta las próximas elecciones
municipales y autonómicas y no pueden perder tiempo.
Un efecto colateral nada despreciable que ha
conseguido Arrimadas con su acción de avanzar hacia el solitario centro
ideológico del panorama político español es enviar al PP hacia la extrema
derecha; ha roto la foto de Colón, en la que se quedan Casado y Abascal. Este
movimiento de ocupar el eje central de los bloques políticos podría ser el
objetivo más interesante a perseguir a medio plazo por este partido errante más
conocido como veleta naranja.
Gulio Andreotti, siete veces primer ministro de Italia le dijo una vez al vicepresidente de España Alfonso Guerra: “Es verdad
que el gobierno desgasta al que lo ejerce, pero mucho más desgasta la oposición”.
En este caso, parafraseando a Andreotti: “Es mejor tener el gobierno que no
tenerlo”.

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