La estadística del día 17 de abril (2020) nos estremece con
la información de que ya hemos superado la barrera de las mil personas fallecidas
(1020) por coronavirus en Euskadi (en España se alcanzan hoy las 20.000 muertes,
según los datos oficiales). Es lo que tienen los números redondos, que cuando
se alcanzan, nos impresionan mucho más y nos despiertan emociones y
conciencias.
Y pueden impactarnos más aún, si convertimos en números lo
que sabemos de una manera general y aproximada. Nos han contado que este virus
afecta más a las personas mayores, pero, pocos conocemos y no somos plenamente
conscientes de que el 97% de las personas fallecidas tiene más de 60 años (el
89% si referimos este porcentaje a los mayores de 70 años). Sí, sí, de esas mil
veinte personas fallecidas en Euskadi, 985 son mayores de 60 años.
También sabemos que se ha impuesto un protocolo en función
del cual las personas enfermas de covid-19 no pueden recibir visitas de sus
familiares o allegados. El resultado es, que todos los fallecidos en los
hospitales, en nuestro ejemplar sistema sanitario, del que tanto alardeamos,
mueren en soledad. Su última visión ha sido probablemente un miembro del
personal de enfermería, una especie de astronauta encapsulado en un frío mono
blanco con la mirada escondida detrás de unas gafas protectoras y unas manos
enfundadas en unos guantes de goma, que ni tan siquiera han podido trasmitir un
último contacto humano de calor y ternura.
Por mucho que nos emitan imágenes por televisión del
personal sanitario asegurando que a los enfermos mayores les tratan como si
fuesen los suyos, no es así, no puede ser así; además, no estamos hablando de
cuidarlos, sino de despedirlos en el último trance de la vida. Para los que no
creen en otra vida después de la muerte, esta será la última oportunidad; no
habrá otra. Alguien se ha arrogado el poder de imponernos a todos una conducta
antisocial y a impedir el ejercicio de un derecho de nuestra sociedad.
No sé quién ha sido el autor de este perverso protocolo que
está provocando tanto dolor y sufrimiento. Servirá para prevenir contagios, no
lo dudo, pero no es humano. Se trata, evidentemente de una medida preventiva,
pero hasta en las medidas preventivas hay rangos y jerarquías, y sobre todo proporcionalidad.
El riesgo cero no existe, aunque nos gustaría, y debemos gestionar este riesgo
con humanidad. La supresión del riesgo no debe pisotear los derechos sociales.
De la misma forma que se considera irrenunciable que un médico entre en
contacto con los pacientes adoptando medidas de protección, también debería ser
irrenunciable que algunos familiares mantengan presencia y proximidad con las
personas gravemente enfermas.
El estado de alarma no ha suspendido el derecho a la muerte digna,
ese derecho que tienen quienes están ante una enfermedad que los lleva a un
estado de salud terminal. La ley vasca de garantía de los derechos y de la
dignidad de las personas en el proceso final de su vida, que ahora se está
conculcando, recoge el derecho de las personas a estar acompañadas durante su
permanencia en el hospital, por aquellos familiares o personas allegadas de su
elección.
Es de ley: la dignidad en la muerte también incluye morir
acompañado de los seres queridos. Y también es un derecho social de los
familiares acompañar a su familiar en esos últimos momentos de la pérdida de un
ser querido.
La falta de imágenes colectivas de los funerales y sepelios está
ocultando a la opinión pública la magnitud de esta catástrofe y por ello son
muertos silenciosos para la sociedad, pero más grave aún es que los han
convertido en muertos solitarios, para las víctimas y sus familiares que con
este agravio están adquiriendo también la categoría de víctimas.
Por quien corresponda, ha de reconsiderarse esta postura
fundamentalista y alienante que está añadiendo a la tragedia un dolor
innecesario. Hay que cambiar esto urgentemente. ¡Ojalá sea pronto!
Algorta, 18 de abril de 2020
Javier Larrea
https://blogs.deia.eus/rincondelproteston/2020/04/18/morir-solo-por-javier-larrea/
Casi 4.000 visitas y primer puesto en el ranking de Blogs de DEIA.
https://response.encuesta.com/#/survey/20gwHXYWQ
Casi 4.000 visitas y primer puesto en el ranking de Blogs de DEIA.
Estoy realizando un estudio sociológico sobre los cambios sociales en Euskadi debido a la crisis de Covid-19.
Si vives en Euskadi te invito a rellenarla, Gracias!!!
https://response.encuesta.com/#/survey/20gwHXYWQ
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