domingo, 18 de octubre de 2020

El IMQ, otra gran empresa vasca rentable a punto de irse de Euskadi

 

El Igualatorio Médico Quirúrgico -IMQ-, una de las principales empresas de origen y capital vasco decidirá el viernes 23 de octubre si continúa siendo una empresa vasca o se vende a la multinacional madrileña ADESLAS.

El IMQ es la mayor empresa privada del ámbito sanitario de Euskadi. Se trata de una gran empresa creada por médicos vascos con ese espíritu cooperativo que nos caracteriza. Se constituyó en Bilbao en el año 1934 por un centenar de médicos vizcainos cuando no existía un sistema de sanidad pública en España. Fue un modelo pionero que con su creación ofrecía a la creciente clase media una atención sanitaria de libre elección. En este modelo cooperativo que se mantiene hasta nuestros días (por ahora) los médicos son los propietarios y accionistas de la compañía y a su vez los prestadores de los servicios médicos.

EL IMQ cuenta en la actualidad con casi seis mil trabajadores directos e indirectos, siendo una de las diez primeras entidades privadas vascas que dan mayor empleo en Euskadi. Tiene una facturación anual que ronda los 500 millones de euros y ofrece servicios a más de 325.00 personas y 1.000 empresas, que confían en el IMQ.

El consejo de administración de la compañía, actuando en contra de la mayor parte de los médicos en activo parece perseguir el objetivo único de la venta de la compañía vasca a ADESLAS, una multinacional madrileña de la sanidad, líder en seguros de salud, propiedad de Mutua Madrileña.

Para defender que el IMQ siga siendo una empresa vasca y para mantener el modelo actual de empresa, un grupo de médicos ha creado ADEMI, la Asociación por la Defensa del Modelo Igualatorio, deseando mantener el control en manos de los médicos de la casa. Sus argumentos, de gran peso, son irrefutables:

- Garantizar el nivel y la calidad del servicio, tan bien valorados por los asegurados.

- Las acciones del IMQ han crecido un 140% en los últimos 5 años. Se trata de una entidad super rentable y no parece tener sentido querer desprenderse de ella, pues se estima que seguirá creciendo.

- Desean mantener el legado recibido para trasmitirlo a las siguientes generaciones.

- Se resisten a un modelo de liberalización de acciones especulador y liquidador que destruirá lo creado en muchos años de trabajo.

- La venta de acciones a agentes externos compromete gravemente el futuro del IMQ.

- Garantizan a quien quiera vender sus acciones que el propio IMQ les comprará sus acciones al mejor precio posible, cuando quiera, así que le aseguran que no tendrá ninguna pérdida.

 

Sin duda, quienes quieren optar por la liberalización de acciones (mayormente jubilados) defienden sus intereses, pero no debemos dejar que nos engañen, en absoluto defienden el bien de la empresa, ni los intereses de sus colegas en activo. Es absolutamente egoísta que los médicos que se han beneficiado en toda su vida de un estupendo modelo de gestión ahora quieran imponer con su marcha a quienes se quedan un modelo diferente al que ellos disfrutaron. Tampoco seamos inocentes, no podemos perder de vista que en la venta de una de estas compañías las comisiones por el éxito de la operación serán muy jugosas y probablemente harán rico a algunos de los hacedores de la venta.

Lo que se dirime en esta primera asamblea general es si el centro de decisión de la empresa sigue en casa o se va de Euskadi para siempre. Esto supondrá en primera instancia un importante desarraigo de la compañía, la perdida del centro de decisión y nunca se sabe si en el futuro acabará en manos de una de esas multinacionales que ni tan siquiera pagan impuestos en España.

Pero, aunque en la asamblea general del viernes 23 ganen los partidarios de la liberalización aún no se culminará el proceso de venta. Aunque los informes de la consultora ATTEST indican que la mejor opción es la venta de las acciones que quieran vender a la entidad ADESLAS, esta compañía deberá pensar su estrategia pues el horizonte de esta operación puede llenarse de nubarrones. Por una parte, las condiciones de garantía a corto y medio plazo que pueden requerir parte de los médicos accionistas podrían reducir el valor del paquete de acciones. Los nuevos compradores deberán tener en cuenta la posibilidad de la generación de un frente sindical que ofrezca resistencia ante un nuevo empleador, que como nos dice la experiencia suele ser reacio al mantenimiento de las condiciones laborales actuales. También hay que considerar la posible pérdida de numerosos clientes asegurados que decidan cancelar su póliza con el IMQ (yo sería uno de ellos). Además, no hay que descartar que los médicos accionistas en activo una vez cobrado su paquete de acciones y convertirse en asalariados decidan crear una nueva entidad sanitaria siguiendo el modelo de éxito que les ha traído hasta aquí. Tienen la capacidad y la experiencia para ello. Evidentemente, las mayorías de los sindicatos vascos en las administraciones vascas favorecería la contratación de la nueva entidad vasca en detrimento del IMQ que perdería sus principales pólizas.

Esperemos el resultado de la importante asamblea general del día 23 de octubre que nos afecta a todos los vascos.

¡Que no nos esquilmen una vez más!